No recuerdo exactamente cuándo comenzaron las señales. Movimientos torpes que atribuía a lesiones en los tobillos. Temblores en mi mano izquierda que surgían en los momentos de descanso, justificándolos como estrés laboral. Dolor y problemas en el hombro, otro síntoma que asociaba al trabajo. Todo parecía tener una explicación lógica, hasta que una visita al fisioterapeuta encendió la alarma. Observó cómo mi mano temblaba involuntariamente y, con tacto, me sugirió que lo revisara. Esa recomendación marcó el inicio de un largo proceso médico que, meses después, me llevó a un diagnóstico que cambiaría mi vida: Párkinson.

Fue un 31 de diciembre de 2018 cuando me dieron los resultados definitivos. Una manera brutal de cerrar el año. La confirmación llegó días después en la consulta del neurólogo, pero apenas recuerdo sus palabras. Mientras él hablaba, mi mente se ahogaba en preguntas sin respuesta: ¿Cómo viviría con esta enfermedad? ¿Qué sería de mi trabajo? ¿Cómo se lo diría a la familia? No podía dejar de mirar y pensar en mi esposa y en lo que se nos venía encima.
El camino de vuelta a casa fue un vacío; ni siquiera me acuerdo. Solo recuerdo romperme a llorar al cerrar la puerta de nuestro hogar. Me he enfrentado a muchas adversidades en mi vida, pero ninguna me había preparado para esto. En mi mente resonaban las imágenes típicas del Párkinson, y una pregunta martilleaba sin cesar: ¿Por qué a mí?
Pero en mi oscuridad apareció una luz. Mi esposa, mi mayor compañera y fortaleza, me dijo al día siguiente: “Hoy lloramos, pero mañana empezamos a luchar e informarnos”. Esa frase marcó el inicio de nuestra lucha conjunta, porque si algo he aprendido es que nadie enfrenta esta enfermedad en solitario. Ella sigue ahí, día tras día, peleando conmigo, informándose y cuidándome con un amor que trasciende todo.

Obstáculos, amistades y aprendizajes
En este viaje, descubrí que no solo la enfermedad me desafiaba, sino también las relaciones. Muchas personas que consideraba amigos se distanciaron. Quizá no supieron cómo reaccionar, o tal vez la enfermedad les resultaba incómoda. Fue doloroso darme cuenta de que, en momentos críticos, algunas personas optaban por alejarse. Pero también descubrí algo valioso: quienes permanecieron lo hicieron de corazón, demostrando una amistad genuina y solidaria.
Por otro lado, el vacío que dejaron algunas personas fue llenado por otras. La fotografía me permitió conectar con una comunidad completamente nueva de fotógrafos apasionados. Con ellos he compartido experiencias, proyectos y aprendizajes que han enriquecido mi vida de una forma inesperada. Estas nuevas amistades, surgidas de la fotografía, han traído luz y motivación a mi camino.
La fotografía: una pasión que da sentido
En medio de la adversidad, encontré algo que me devolvió las ganas de luchar: la fotografía. Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en mi terapia y en mi forma de enfrentar el mundo. La cámara me enseñó a observar con detenimiento, a detenerme en los detalles y a apreciar la belleza que muchas veces pasamos por alto en el ritmo acelerado de la vida.
Más allá de ser un refugio personal, la fotografía me ha dado un propósito: concienciar y motivar a otros. Mis imágenes buscan mostrar la belleza del planeta, la riqueza de sus paisajes y la fragilidad de la vida que lo habita. Cada fotografía es un llamado a cuidar nuestro entorno, a reflexionar sobre el impacto que tenemos y a proteger el mundo que compartimos.
Además, intento inspirar a otras personas que, como yo, enfrentan enfermedades o desafíos físicos. Les muestro que salir de casa, explorar y conectar con la naturaleza no solo es posible, sino profundamente transformador. Quiero que sepan que no están limitados por su diagnóstico, que hay una vida llena de posibilidades esperándolos más allá de las paredes del hogar.


Inspirar y transformar
Cada proyecto fotográfico lo enfrento como un desafío: planifico los lugares, los detalles logísticos y la luz adecuada para capturar la esencia de cada escena. Pero ahora, cada imagen que comparto lleva un mensaje: la importancia de valorar y proteger lo que nos rodea. Espero que mis fotografías toquen corazones, que despierten la curiosidad por explorar el mundo y que inspiren a quienes se sienten atrapados por su condición a dar el paso y salir.
La fotografía me ha dado mucho más de lo que imaginé. Me ha regalado una comunidad, un propósito y una forma de transformar mi historia en un mensaje de esperanza. Hoy, cada vez que tomo mi cámara, recuerdo que incluso en medio de los mayores desafíos, siempre hay formas de encontrar belleza, compartirla con otros y marcar una diferencia.
Si queréis ver más fotos espectaculares de Javier, aquí os dejo el enlace:
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Comentarios
Siento orgullo de ser tu prima por todo ,sin más ,, me emociona toda tu.lucha ,la vida ya te hizo fuerte ,,y tú enfermedad te hiZo más listo porque enfrentarla con felicidad y elor de tu maravillosa mujer es la mejor medicina .sois estupendos los dos y os quiero ,las fotografías son espectaculares . ❤️❤️gracias por tanta belleza .
Muchas gracias, por tu apoyo y palabras!!
Más de una gran luchadora como tú!! 🤗🤗
Javier es grande por fuera y más por dentro. Javier y Conchi, los dos juntos sois un súper equipo y unos cracks haciendo fotos. Un fuerte abrazo para los dos.
Muchas gracias, amiga!!
No te conozco ,, pero te leí y te admiro mucho
Muchas gracias por tus palabras, de verdad las valoro mucho. Me alegra que algo de lo que compartí haya resonado contigo. Espero podamos conocernos algún día.
Que historia tan inspiradora!!
Gracias por compartirla!!
¡Gracias a ti por tomarte el tiempo de leerla! Me alegra que te haya inspirado. Siempre es un gusto compartir algo que pueda motivar o conectar con los demás
Solo decir, a quien no lo conozca , sus fotos son impresionantes y hablan por si solas.
¡Qué palabras tan bonitas! Muchas gracias por valorar mi trabajo, significa mucho para mí. Siempre intento que mis fotos cuenten historias y conecten con quienes las ven.
Pichón eres un crack
Jajaja, mira quién habla, maestro.
Me siento orgulloso de decir que soy tú amigo. Os quiero mucho a los dos. Eres un ejemplo de fortaleza y positividad 😘.
Eres un amigo increíble, y no sabes cuánto valoramos tus palabras. Nosotros también estamos orgullosos de ti. Te queremos muchísimo ❤️.
Desde que nos conocimos en África en 2011 te admiro a tí y tú fotografía. Tú fotografía sigue siendo muy inspiradora y ahora, con la entereza con la que compartes tú enfermedad, aún más. Sigue inspirándonos.
Qué bonito lo que dices. África fue un viaje donde cambió muchas cosas en mi, y tus palabras me llenan de fuerza. Gracias por estar ahí y por valorar mi trabajo y mi forma de enfrentar la vida.
Yo los conozco solo por redes !
Por coincidir siendo tu quien manejaba un grupo de personas de un hotel en la Riviera Maya en Facebook
Son una hermosa pareja !
Y es hermoso su trabajo de fotografía !
Ojalá algún día podamos coincidir en persona
Siempre en mis oraciones 🙏🏻
¡Qué bonito mensaje! Muchas gracias por tus palabras y por tenernos en tus oraciones, significa mucho para nosotros. Sería un gusto coincidir algún día en persona. Te enviamos un abrazo grande y nuestros mejores deseos siempre.
"El señor de la camara", me has dejado con la boca abierta, pues de que eres un gran fotógrafo no lo ponía en duda, pero lo que no sabía que, igual que fotografías escribes... eres una gran persona y quien se a bajado del tren de tu vida, no saben lo que se pierden, espero que su futuro no sea tan inseguro como el nuestro y que nunca pasen por lo que pasamos nosotros. No dejas de sorprenderme... enhorabuena por las maravillosas fotografías en las que nos haces soñar ...Un beso Javier...
Wow, qué mensaje tan bonito, de verdad me emociona leerlo. Muchas gracias por tus palabras y por valorar tanto lo que hago, tanto con la cámara como con las letras. La vida nos pone en caminos inesperados, pero siempre hay que seguir adelante con el corazón en alto. Te mando un abrazo enorme y todo mi cariño. ¡Gracias por estar ahí!